Freitag, 8. Oktober 2010

Susurros

Fueron susuros, sí, pero rompieron mi tímpano y aunque parezca increíble, rompiéndolo acabaron con mi sordera. Enhiestos susurros han desvirgado mi cuerpecito ideologizado, se derritió la membrana de acero, ha caído por fin el filtro de la censura, aquel que sólo me dejaba escuchar consignas, discursos doctrinarios, verdades científicas, absolutas y el rugido victorioso del proletariado hambriento que empuñando fusiles y banderolas, avanzaba seguro hacia su rojo amanecer, la tierra prometida, donde el hombre nuevo nadaría en rios de leche y miel.

Los susurros de Figes y de Bruguera, sucedáneos de Kapuscinsky, Kundera, Yoani Sanchéz, Sotomayor García Gilda y De Leeuw me gritaban desde la otra orilla, me llamaban, me invitaban a cruzar el río, no para acudir presurosa al auxilio de los leprosos del mundo e inmolarme por ellos, tampoco para intentar cumplir mi "american dream" y recibir por esa gracia un balazo en el centro de mi espalda mojada, no, esos susurros me llamaban y me animaban a cruzar el río, sólo para que me atreviera a nadar, a nadar sola, y me decidiera al fin, soltar la mano de papá.

Las más de 800 páginas de "Los que susurran" del británico Orlando Figes, son un desgarrador y magistral ensayo histórico sobre la Rusia de Stalin, que recomiendo, permítanme el adverbio, encarecidamente.

Lo más destacable del libro además del rigor y la honestidad de su investigación, es que Figes no hace ningún tipo de proselitismo ideológico, se distancia, expone el horror y la atrocidad ante nuestros ojos, a través de los testimonios de las propias víctimas. Imprescindible antídoto contra el olvido y para que revisando el pasado podamos entender mejor la Rusia de hoy.

Los susurros del presente, los trajo Tania Bruguera con “El susurro de Tatlin” título de la performance que la artista cubana presentara en la Bienal de la Habana 2009. Aún conservo vivas en mi memoria las voces y rostros de aquellos cubanos haciendo uso de su derecho a la libertad de expresión.Sesenta segundos y un micrófono era de lo que disponía todo aquél cubano que quisiera decir desde un podio, lo que le vienese en gana.

Por allí desfilaron, como era de esperarse "la creme de la creme" de la Ciberdisidencia: Yoani Sanchez, Claudia Cadelo, Reinaldo Escobar entre otros. Lo que me chirrió un poco fue la participación de algunos extranjeros, como la de la mexicana, con pinta de estudiante de Antropología de la UNAMy su discurso telúrico pero sobretodo soporífero sobre el maíz, así como la penosa actuación de una afectada actriz brasileña, ávida de flashes y aplausos. No entiendo por que esta gente con la libertad en sus países para poder expresarse y disponer de tiempo ilimitado para dar una cátedra, por ejemplo, sobre las bondades del maiz, la tortilla, el mole poblano y el tamal chapaneco o para mostrarnos el resultado de todo lo aprendido en sus talleres de interpretación por correspondencia, tenía que robar esos minutos, ese breve espacio en el que por primera vez a los cubanos se les brindó la oportunidad de ser y estar.

De haber sido cubana, no sé si habría tenido el coraje de hacer uso de la palabra, quiero imaginar que sí, a pesar de que padezco una cobardopatía galopante. Quiero pensar que en esos sesenta segundos habría podido leer atropelladamente, pero sin que me tiemble la voz, esto que viene a continuación:

Augusto Monterroso escribió el cuento más corto del mundo: “Cuando despertó, el dinosaurio todavía estaba allí”Nuestra vida real se parece a este cuento, hace 50 años que despertamos y los dinosaurios todavía están aquí , vigilando nuestro sueño, nuestra vigilia, siguiendo nuestros pasos, amordazando nuestra voz, queriendo encarcelar nuestras conciencias.

Cuba se hunde en un ismo, no en un itsmo, pues si tuvieramos un itsmo, desde hace unas decadas en nuestra isla habría tanta vida humana como en la luna, Cuba se hunde en un ismo, en ese sufijo que adosado al sustantivo lo pervierte, lo vuelve dogma,doctrina, secta, el "revolucionismo" no es solo una atrocidad, un desastre semántico, el revolucionismo es la fe que nos han obligado a abrazar , la religión por la que debemos guardar ayuno, vivir en un perenne Ramadán, pero en el que contrariamente al original, cuando el sol se esconde no podemos lanzarnos a la mesa del banquete, porque los manjares son propiedad del Estado y el Estado no somos nosotros sino el partido, y como sabemos el partido no parte ni comparte, tan solo reparte, reparte privilegios pero solo entre sus miembros más insignes.(Aplicando a Cuba la frase de Deng Xiaping: "En Cuba quien practica bien el capitalismo se enriquece y quien habla bien de él es fusilado")

Ya el cuento se nos ha hecho muy largo, el Dinosaurio mayor ahora que se le ha dado por volverse apocalíptico, debería dejar de advertir al mundo de la amenaza nuclear y pasar a la acción, demostrando asi lo sinceros de sus deseos de salvar a la humanidad. Que nos dé la alegria de despertar una mañana y no verlo más. Que comienze salvando a Cuba, que acabe de extinguirse de una buena vez.

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