Mittwoch, 4. November 2009

Never look away

No hace mucho leí un artículo del siempre lúcido Umberto Eco aparecido en el diario londinense The Telegraph, en el que Eco afirmaba que no se debía culpar a Berlusconi, pues Berlusconi era el error de los italianos, de todos los italianos que votaron por él.
Sin dejar de estar de acuerdo con Eco, no dejo de preguntarme y ya no solamente por el caso concreto en Italia sino ante el vertiginoso ascenso de la extrema derecha en Europa, si es que no somos responsables también aquellos que no votamos, que simplemente pasamos de votar, pasamos sí, porque debo confesar y no sin rubor, que desde los hace ya cuatro años que tengo este derecho en Suiza, aún no he hecho ejercicio de él. En estos 4 años siempre he tenido algo más interesante que hacer que dedicarme a rellenar todos esos aburridos papeles. Tomar un café con una amiga o leer una buena novela policial siempre tuvieron prioridad.
Mucho se viene diciendo que este repunte de la derecha se veia venir, que lo mismo sucedió después de la crisis del 29, pero podemos quedarnos así paralizados esperando a que acaben de cumplirse los pronósticos mientras la extrema derecha se va haciendo con el poder? no les estamos dando con nuestra abstención, con ese "girar la cara" un cheque en blanco?
En estos tiempos de recesión económica y desempleo el discurso xenófobo de la derecha ha sabido calar rápidamente en el europeo de a pie. El inmigrante, la causa de los males, el enemigo común.
"La inmigracion destruye el futuro", asi rezaba el eslogan de " Democracia Nacional", agrupación neonazi, convocando a una manifestación en Madrid, exactamente en el multicultural barrio de Lavapies, donde no hacia mucho habia muerto apuñalado un joven manifestante antiracista de 16 años, por un soldado del ejército español y activo miembro de una organización neonazi
EL líder del ultraderechista BNP y miembro recién elegido de la Eurocámara, Nick Griffin, ha sugerido que las barcas con inmigrantes ilegales procedentes de África deberían ser hundidas.
En Holanda el PVV ha propuesto prohibir la entrada de musulmanes, expulsar a los residentes si no aprenden a hablar holandés, cerrar mezquitas y prohibir la reunificación familiar de todo inmigrante no occidental.
El SVP en Suiza quiere prohibir la construcción de alminares o minaretes y para ello usa en su campaña carteles en los que una mujer con velo aparece ante una bandera suiza penetrada por minaretes negros con forma de cohetes.
Estos "mercaderes del miedo", como bien los llama el historiador holandés Geert Mak están poco o nada interesados por la situación y los derechos de las mujeres musulmanas, como tampoco están por la labor de abrir espacios de discusión en los que se debata abiertamente sobre el proceso de integración y cuyo objetivo sea buscar la fórmula de una convivencia más o menos armónica, sin que esto implique la renuncia a la identidad o que se negocien los valores esenciales de la democracia occidental.Lo que la extrema derecha pretende es arrastrarnos hacia un enfrentamiento entre culturas y religiones.

Imagino que de haberme dejado arrastrar, hoy viviría completamente paranoica, pensaría sin duda que Sania la madre albanesa del mejor amigo de mi hijo, esconde una bomba bajo el velo y no dudará en hacerla detonar cualquier dia de estos en el Kindergarten o que Omar mi vecino tunesino y estudiante de la ETH, después de todo me aprecia y hace unos dias me preguntó cuando salía de vacaciones, porque quería estar seguro de que no estaremos en casa, para cuando haga volar en mil pedazos nuestro edificio.
Pero cuando pienso en ellos y en muchos otros que ya son parte de mi paisaje, no puedo dejar de confirmar aquello que dijo Mohamed Chafri: "el Islam es una religión de amor y concordia", estoy convencida de que el mal que padecen las sociedades islámicas no proviene del Islam, sino del uso político que le dan regímenes autoritarios para legitimar su poder, basado en la opresión y el atropello a los derechos humanos, regímenes con los que con una doble moral muchos países de occidente mantienen excelentes relaciones.
"No Dios no es fanático", fanáticos los que en su nombre y manipulando los textos se han hecho con el poder.
Este 29 de noviembre, por mi todas las novelas de Stieg Larson pueden morirse de aburrimiento en el estante, que yo iré a votar y más que nunca ese día volverán a mi memoria estas hermosas palabras de Arundhati Roy:

"Amar. Ser amado. Nunca olvidar la propia insignificancia. Nunca acostumbrarse a la indecible violencia ya la vulgar disparidad de la vida a tu alrededor. Buscar la alegría en los lugares más tristes. Perseguir la belleza hasta su guarida. Nunca simplificar lo que es complicado ni complicar lo simple. Respetar la fuerza, nunca el poder. Sobre todo, observar. Tratar de comprender. Nunca girar la cara. Y nunca, nunca olvidar."