Montag, 11. Oktober 2010

Alta traición

Mi primera reacción fue visceral, instintiva, totalmente animal, no solo animal por lo irracional sino porque me puse a dar de saltos como un conejo (¿o debería decir cuy? sería más adecuado para la ocasión ¿no?) con hipo.
Mario!, Super Mario!! Peru Campeón, Perú Campeón, no nos ganan!! parecía no cansarse de repetir en sus latidos, mi orgulloso corazoncito andino.
Me lancé a buscar la botella del Pisco más acholado del minibar y a falta del carnaval arequipeño, un cd de las “viejas glorias del criollismo” tuvo el honor de servir de fondo musical a esa celebración privada, por el orgullo de ser peruana y ser feliz y por haber nacido en la misma hermosa tierra que Marito.
Pero repentinamente y casi al mismo tiempo en que acabé el seco y volteado, el “rush” desapareció, toda esa euforia y alegría se desvanecieron, se evaporaron y comenzó ese insoportable proceso de desdoblamiento que desde siempre se ha dado en mi. La lucha de mis dos yos se había iniciado, mientras una sostenía en la mano izquierda la copa vacía y en la derecha el celular, dispuesta a felicitar por ese triunfo peruano, a todos los paisanos, la otra, observando perpleja a su festiva hermana gemela, con un mohín de desaprobación parecía preguntarle: ¿pero que estás haciendo?
Sí ¿que hacía? Si jamás he podido derretirme en "el magma abrasador que rellena los metafóricos rompecabezas de papel" que Mario arma, si a diferencia de Rosa Montero a mi el "Maestro" no me ha tomado de la mano para enseñarme a caminar entre las sombras. ¿Qué hacía? si desde hace algunos años , cruzo los dedos para que el premio Nobel le sea otorgado a Philip Roth.
Mentiría si dijera que las novelas que he leído de Vargas Llosa no me han dejado satisfecha, Vargas Llosa escribe bien, cumple, sabe componer y recrear con pericia. Usando un adjetivo que los suizos adoran, digamos que Vargas Llosa es un escritor eficiente. Pero ocurre, que lo que yo siempre he esperado de la literatura, me lo da más Philip que Mario.
Tan sólo soy una lectorita de a pie (si fuera una docta columnista de El País, seguramente hasta ahora estaría dando saltos) para la que, "el paraíso está en la otra esquina", pues considera a Philip Roth, como el verdadero merecedor del Nobel. Roth es el genio, Vargas Llosa el ingenio.
Recurriendo a Kafka, diría que no son las novelas de Vargas Llosa, sino algunas de las novelas de Roth, las que me muerden y me arañan, me obligan a despertarme con un mazazo en el cráneo, me golpean, me han sentir desterrada a las junglas más remotas.
Imagino que por la confesión que acabo de hacer, corro el riesgo de ser acusada de traición a la patria y condenada por “un tribunal con rostro” (con el rostro pintado con los colores de la bicolor, al mejor estilo de los hinchas de las barras bravas). Estos jueces, que jámas, en su patriotera vida, han tenido un libro entre sus manos (¿leído? ¡ya ni que decirlo!) Esta suerte de clones de Laura Bozzo, sustentarían su sentencia con argumentos tan objetivos y sesudos como: ¡por envidiosa y vendepatria!, ¡por ser una peruana que no soporta el éxito de sus compatriotas en el extranjero!, ¡por hacer que el Perú esté como está! llegando incluso al reflexivo: ¡Fuira conche tu..!!
Con respecto a aquello de que "se ha premiado a la lengua española", estoy absolutamente de acuerdo. Este año se ha premiado a la lengua española, como en años anteriores se premió a la lengua china a través de Gao Xinjang y a la árabe por medio de Naguib Mahfuz.
Poner en negrita, que este año se ha premiado a la lengua española, sería solamente una inocente perogrullada, sino tuviera ese halo chauvinista que tiene. Eso trae a mi memoria a aquella corriente linguística que allá, por el siglo XIX, postulaba la idea de la superioridad de las lenguas indoeuropeas frente a las que no lo eran y que años más tarde se convirtió en plataforma del nazismo.Algo me dice que la Academia sueca apuesta por un relativismo linguístico.
Hay unos "chavistas sin Chavez", que sostienen que este premio Nobel, ha premiado al castellano latinoaméricano, como una forma de compensación a nuestro sufrido continente. Esta afirmación sugiere, que la Academia sueca ha renunciado al juicio de valor estético de la obra, en pos de favorecer a los más desfavorecidos históricamente.
Creo que lo se valora, o debería valorarse es el carácter universal de la literatura. La literatura como genuino modo de conocimiento del alma humana .¿No debería ser la ambición de todo buen novelista convertir sus universos en, diciéndolo a lo Manolito Gafotas, “universos universales", derribando así todos los muros y las barreras del idioma?
Por otro lado, aunque no la comparto, no me cuesta comprender la alegría de los peruanos, que por el mero hecho de ser coterráneos del ganador, sienten que el triunfo también les pertenece.
La alegría la entiendo, el orgullo no. Tengo serios problemas con la palabra orgullo. Hace ya un tiempo que vengo librando una lucha contra esta palabra, precisamente porque en mi, el sustantivo se vuelve adjetivo, llegando a veces a declinar a superlativo.No les diré entonces como me pongo, cuando orgullo, va acompañado del adjetivo nacional y da lugar a la formación de ese vanidoso sintagma: Orgullo nacional.
Es oportuno quizás, recordar, lo que no hace mucho, el propio Vargas Llosa dijo en una entrevista: “El nacionalismo es la peor construcción del hombre”. Visto como doctrina, el nacionalismo, es efectivamente, una invención cultural, pero creo que el sustrato, la esencia del nacionalismo, es justamente lo contrario a una construcción humana, es lo animal, es esa calidad de primates, de seres territoriales, ese vestigio vergonzoso, ese rabo, del que a pesar de la evolución, aún no nos hemos podido desprender.
Las razones que la academia ha dado : “Por su cartografía de las estructuras del poder y sus incisivas imágenes sobre la resistencia, la revuelta y la derrota individual”, ha hecho que muchas voces se alcen diciendo que no se ha premiado el virtuosismo de su lenguaje narrativo, como tampoco su proverbial destreza técnica. No son solamente sus detractores, sino también y sobre todo sus seguidores, los que consideran, que los criterios para la entrega del premio han sido políticos.
Estos últimos están gritando a los cuatro vientos, que no se ha premiado al fabulador sino al tribuno liberal, se ha premiado al férreo activista defensor de las libertades (¿sobre todo las del mercado?) en América Latina”. Se lo ha premiado por su enérgica condena a cualquier tipo de violencia (pero entonces ¿por qué rechaza la violencia como forma de conquistar la libertad en América Latina, pero la aplaude en el caso de Irak?) y a su papel de autor de un proyecto intelectual que tiene la voluntad de acceder a la realidad, actuando con independencia y cuyo único compromiso es con la verdad.
Discúlpenme, pero con esto último tengo mis dudas, pues allá por el año 1983, siendo Vargas Llosa, presidente de la comisión investigadora de Uchuraccay, no actuó ni con independencia ni con verdad y si me apuran hasta podría decir, que al informe que escribió, como resultado de sus investigaciones, le insufló un poco de su talento fabulador.
El informe nunca llegó a esclarecer los hechos, provocando el sufrimiento y dolor de mucha gente, los deudos de los ocho periodistas asesinados y de los comuneros que fueron condenados injustamente.
Abrigo la esperanza de que Marito, a sus ya casi 75 años, se atreva a realizar un acto de contrición y se arrepienta públicamente de haber escrito ese informe.¿Sería mucho pedir que en la noche de entrega de los premios, Mario haga público su arrepentimiento por la forma en que presidió la investigación? No, Mario, don't worry, tampoco, te estoy pidiendo que compongas un yaraví en homenaje a los ocho periodistas asesinados y que lo cantes en Estocolmo, al mejor estilo de Magaly Solier en Berlin. No, no te estoy pidiendo eso, tan solo un par de palabras, pues se me hace que cantas muy mal.(aunque siempre queda la posibilidad del playback)
Con un gesto así, nos demostrarías a todos, que los años te han despojado de esa soberbia, que es lo que más ha definido tu personalidad. No será una señal de blandengueria, ni de debilidad, ni de decadencia, será un acto de honestidad, de verdad, esa verdad que tu ayudaste a mandar de vacaciones, en un “viaje a la ficción” aquel año 83.
Arrepiéntete Mario, hazlo por ti, pero también por mi, ya que esa manía mía de hacer pensar a mis sentimientos, me quitó el placer de la Ocopa y el Chupe de camarones, como celebración por tu gol de media cancha. Concédeme la gracia, de comerme este 10 de diciembre, una buena pachamanca ayacuchana.

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